Una Nueva Esperanza

Después de quince días en una incubadora casera hecha deprisa y corriendo, con cuatro cosas literal, un forro polar, una bombilla incandescente, paja y una malla, al fin a salido el primer pollito (sólo han quedado dos huevos supervivientes). La historia se desarrolló así:


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y…

UNA NUEVA ESPERANZA.

A veces la obcecación, cabezonería y optimismo ilimitado del Maestro Obi-Wan me desesperan, pero en días como hoy me alegro que no se dejara llevar por el Lado Oscuro como su Padawan aquella noche en el que la gallina murió.

Me he levantado unas doce veces esta noche, al menor ruido iba a ver sí el pollito había roto el cascarón, sobre las ocho no podía estar por más tiempo en la cama y me he levantado… a las ocho y media el huevo ha comenzado a moverse y… a las nueve menos cuarto ya se podía ver al pobre pollo mojado y feo.


Unas horas después (cuando se ha secado gran parte del plumón) le hemos puesto pienso (molido con MI batidora americana supermegamolona) y agua, he esperado y esperado pero Obi-Wan no me deja cogerlo, tan sólo hacerle un millón de fotos y videos con el móvil, que en vez de un simple pollo de corral parece uno de los hijos de la Jolie!

Me he pegado todo el domingo sentada en el suelo de mi recién estrenado cuarto de baño mirando al pollito, pensando que quizá el poder de la Fuerza no sea el conseguir las cosas tal y como deseamos, quizá el poder de la Fuerza es adaptarnos a lo que sucede; aprender a saber jugar las cartas y no dejar pasar la mano esperando mejores cartas la próxima vez.

Reconozco que si por mi hubiera sido ahora Little Chiken (desde ahora Pollito) sería un mal recuerdo, al igual que el resto de huevos que no siguieron adelante. Por lo tanto… una lección más que me da la vida, la Fuerza y, por supuesto el Maestro Obi-Wan, que siempre me dice que soy una pesimista encantadora!.

¡Gracias por tu optimismo insensato, Maestro!