Hoy es un día como otro cualquiera para retomar el blog… hoy tengo el mismo poco tiempo para escribir una estimulante, divertida y agradable entrada como tuve ayer y como tendré mañana, así que… Esta mañana he dejado a PequeñoJedi en brazos de Obi-Wan viendo el primer encierro de los San Fermines.Mientras Leia iba a su Estrella de la Muerte a lidiar con unos peligrosos Miuras. Que no tienen cuernos
o quizás sí, pero que han dado al General Grievious más de un revolcón esta primavera.
Revolcones y alguna corná, que le va ha costar a la Estrella de la Muerte unos eurillos de multa y que ha supuesto la reincorporación al trabajo de Leia un mes y medio antes de lo normal.
Leia trabaja en el departamento de calidad de una Estrella de la Muerte, dedicada a la exportación de productos perecederos para el consumo humano, y… con esto de la “crisis del pepino mutante Ejpañol” la empresa ha tenido que realizar mayor número de certificaciones y más exhaustivas que en años anteriores.
Pero claro, la responsable de pasar tales certificaciones, que den poder y permiso imperial para que los productos de la Estrella de la Muerte se propaguen por toda la galaxia, estaba plácidamente en su casa con un barrigón impresionante, llena de midiclodianos y a la espera de la llegada de su PequeñoJedi.
Dicha responsable, dejó en el mes de Noviembre todo atado y bien atado, antes de coger la baja, pero claro… el droide que quedó a cargo de los “flecos” que quedaban por hilar tiene verdadera alergia a la celulosa y no ha tocado un solo papel (ni los calendarios de certificación miró) hasta que las hordas certificadoras comenzaron a llamar al hangar de la Estrella de la muerte allá por el mes de Abril.
El general Grievious, llamó en un par de ocasiones a Leia, para consultarle algún que otro procedimiento y preguntar dónde estaban ciertos documentos… hasta que llegaron las auditorías no superadas y el general no pudo hacer otra cosa que decir “Ayudame Leia, eres mi única esperanza”; sólo que en vez de lanzar dicho mensaje con un droide de protocolo con verborrea y un R2D2 lo lanzó con una llamada a las 8 de la tarde de un domingo para que Leia se presentase en su escuadrón ese mismo lunes…. Ver para creer.
Leia fue y renegoció su contrato y su sueldo, y aunque no ha conseguido su objetivo final, si ha logrado una sustanciosa mejora laboral. La contrapartida, ha sido el dejar con dos meses de edad a PequeñoJedi todas las mañanas en su cunita e irse a trabajar.
De momento, Leia y Obi-Wan se apañan bastante bien, pues Leia sólo trabaja 4 horas justas; y a la hora de la comida ya esta en Endor con los pechos a rebosar; pero PequeñoJedi ha notado el cambio, ahora el segundo desayuno hobbit se lo da Obi-Wan en biberón, allá por las 11 de la mañana; y además a pasado de dormir toda la noche de un tirón a despertarse (sin hambre) a media noche parloteando.
La vida en Endor ha cambiado poco, las visitas ahora se suceden mucho más espaciadas; y las celebraciones por cumpleaños y aniversarios ya han pasado… la normalidad,
si eso existe en una casa con un bebé de casi tres meses, vuelve a esta parte de Endor… con sueño, y algo más de polvo en los muebles, pero viviendo una etapa maravillosa.
Mañana, os contaré como Leia ha conseguido perfeccionar el cuidado y manejo de PequeñoJedi…