Hoy tenía cita de nuevo en el médico y allí me he encontrado con unos ex-compañeros de instituto; por supuesto nos hemos saludado cortésmente y como estábamos en una consulta que daba poco margen de dudas y el estado de mi ex-compi tampoco... Pues la conversación ha derivado rápidamente.
En lo que yo puedo recordar eran una pareja tipo del instituto; de esas que duran lo que dura el curso; un amor pasional y maravilloso, ese tipo de primer amor con besos escondidos entre apuntes de historia y geometría, de miradas cómplices con las amigas cuando él pasa al lado del grupito como si no las conociera y en el último momento... todo se para, el levanta la vista y ... saluda. Esos amores entre infantiles y adultos que todo adolescente ha soñado y todo padre de adolescente ha temido.
Es curioso lo intensas que son las primeras relaciones; son una mezcla entre lo desconocido y lo ansiado, lo que te han vendido y la realidad. Suelen ser historias que terminan y que quedan en el recuerdo.
Pero no todas, a mi alrededor hay varias parejas como la de mis ex-compis; parejas que han madurado a la vez que sus integrantes, que han superado los convulsos años de la adolescencia y juventud para instalarse en el camino de la madurez.
Visto con perspectiva nadie daba un duro por ellos pero ni por ellos ni por los demás que estábamos en las mismas pero el tiempo les ha dado la razón, el tiempo ha redondeado y depurado las líneas; ya no son esos dos adolescentes que se comen a besos en las escaleras de incendios; ahora son esa pareja joven que tiene un proyecto en común, son una familia y se les respeta por ello. Esto hace que me plantee …...
Cuando les he visto, y sobretodo cómo y dónde los he visto, me ha dado un salto el corazón, ella y yo éramos de la misma clase, con él compartíamos asignaturas, pero enseguida me he dado cuenta que ya no eran esos dos adolescentes que yo recordaba; ahora son un hombre y una mujer, una pareja consolidada y madura esperando su primer hijo con la serenidad que eso da (ninguna).
Al salir del médico he pasado por un parque en donde un grupo de adolescentes se fumaban las últimas clases de la mañana; he visto a varias parejas dentro del grupo y me he preguntado sí dentro de diez o quince años seguirán mirándose uno en los ojos del otro.
Me he visto a mi misma y a mis compis de instituto tomando el sol en el espacio Joven mientras decidíamos sí subir o no a la última clase del día (Anakin sí estás leyendo esto…. Ejem… yo sieeeempre subía a toooodas las clases); he recordado los besos furtivos y las notas de amor entre apuntes… y he recordado cierto dibujo de un ratón que reconocería entre un millar!.
No creo que a Anakin le sorprenda si subías o no a una clase... deja esas excusas para Luke o Leia.
ResponderEliminarPor cierto, a mi me dura el zagalin desde la universidad, así que me identifico con tus amigos.
Un saludo
Va ser que soy de la misma especie que Anabel, jajaja.
ResponderEliminarPues a mí no me duró...me casé con él y tuve mis dos retoños con él!!! Y duró exactamente 16 años, 6 de novios y 10 casados!!!! pero fue muy bonito mientras duró...Un beso
ResponderEliminarAnabel, no son escusas, de verdad de verdad que yo iba a tooodas las clases (no se si Anakin lee los comentarios); de todas formas me conformo con que mis (futuros)hijos se tomen en serio lo de los estudios tanto como yo en la época de insti.
ResponderEliminarLobo, ahora entiendo lo de "laquetesoporta" es que no ha conocido nada mejor (ni peor) jeje.
Mónica, yo con Obi-Wan me he casado dos veces, y pongo a la Fuerza por testigo que no habrá una tercera. Al menos a ti te quedan tus niños...