El roce hace el cariño, afirmación aceptada por todo el mundo; la roza no, negación aceptada por todo el mundo (que tiene o ha tenido obras).
Dentro de estas sabias palabras, se esconde un universo paralelo, el de LAS ROZAS, (no, no me refiero al barrio residencial de Madrid) si no al sinvivir de romper paredes estilo hormiguita, para luego unas horas o días después volverlas a llenar de yeso o cemento, según proceda.
Este es un trabajo duro (polvo, golpes, ruido) y poco valorado (no se ve que avance la obra, sólo los agujeros) pero imprescindible; los troopers albañiles que me han tocado en suerte han realizado tal intrincado laberinto de rozas por las paredes que no creo que las pobres aguanten sin antes venirse abajo.
Ayer Tarkin trajo con los elementos del baño, inodoro, ducha y lo más importante la grifería para la ducha, bueno, lo más importante para el fontanero que hoy cuando ha visto el grifo por poco se cae del susto, al parecer es un supermegagrifoempotrable, del que no tiene ni idea de cómo va (eso me inspira muuuucha confianza), que el grifo tenía que tener algo el pobrecillo ya lo imaginaba por el precio, porque a mi me parecía de lo más normal para una cantidad tan elevada, pues bien, ya salió; en el precio debe ir incluido el quebradero de cabeza que llevan los toopers para “incrustarlo” a la pared.
Otra cosilla, debe ser el síndrome de Estocolmo, porque me están dando penilla los pobres. O ¿me estaré encaminando hacía el lado oscuro?
Bueno
ResponderEliminarMe ha encantado, los múltiples y variados comentarios prefiero hacerlos en persona pero en general te diré que estoy muy orgulloso de ti, del camino que has decidido seguir y de la compañía que para ese camino llevas.
ResponderEliminarQue la fuerza de todos los que te queremos os acompañe
T.P.P.