El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento

10 de febrero de 2014

Mi Nido Vacio

 Son las 2:35 de la mañana, de este frio y triste lunes; apurando las últimas horas de un fin de semana horrible y doloroso.

Debería haber sido un fin de semana perfecto, junto con mi marido y mi hijo de casi tres años íbamos a visitar a una gran amiga y a su maravillosa familia; mi hijo tendría este fin de semana a la mascota de la guardería y disfrutaría del puente, aprendiendo y disfrutando.

En cambio ha sido un fin de semana intenso.

El viernes al mediodía sentí que algo no iba bien, no había dolor, pero un leve sangrado me alertó que la vida en mi vientre que tanto nos había costado conseguir volvía a estar en peligro. El reposo absoluto no hizo más que confirmar las sospechas, el nido estaba siendo abandonado.

A media tarde me dirigí sola al hospital de referencia, ese hospital que me ha dado tantos disgustos como alegrías; el mismo hospital que me sacó sin mi niña, con los brazos vacíos y el corazón encogido, y el mismo hospital del que salí feliz y airosa hace casi tres años con mi precioso hijo en brazos.

Allí y tras varias ecografías y un grupo de estudiantes con cara de circunstancias, me dijeron que esa nueva esperanza que se albergaba en mi interior se estaba yendo. A solas lloré, grité y maldije; por primera vez en algunos años volví a pelearme con el mundo y volví a perder.

Al llegar a casa, esperaba mi hijo, sus sonrisas y su amor infinito.

Se fuerte me dije, que no te vea llorar me ordené, que no note ni presienta el dolor y la angustia.

A la mañana siguiente dejamos a nuestro hijo junto con su tía; mi marido y yo nos encaminamos al hospital.

Fue una tarde de espera y dolor, mucho dolor; dolor inútil y penoso; un dolor de parto sin premio. Un dolor corporal que sólo remitió al sentir marchar a mi precioso bebé, solos los dos en una fría habitación de hospital, sin más apoyo que un bote para “dejar lo que eches” y todo el amor de mi marido.

Tuve, no, tuvimos a la tribu a golpe de whatsapp tirando de nosotros, respetando silencios y respondiendo rápidas a cualquier solicitud, nerviosas y tristes sintiendo con nosotros; tuvimos los videos y fotos que mi hermana nos mandaba de nuestro hijo haciendo sus cosas cotidianas y hablando con su lengua de trapo.
Tuve un grupo de enfermeras y profesionales que comprendiendo lo que pasaba en la habitación 444 se volcaron en no volcarse, en dejar espacio y en respetar decisiones a veces dolorosas como quedarse “el bote” un rato más.

Después del dolor físico, el legrado, y una noche extraña... caricias, croquetas, lagrimas y una nube de somnolencia.

A la mañana siguiente más tribu, más lluvia en el corazón y más dolor en el alma.

Parir a tu hijo muerto, verle la cara y las manitas, despedirte de el sin palabras.... Es con diferencia lo que más nos ha unido a él; y su imagen nos acompañará en todos sus cumpleaños no cumplidos.

Hoy, cuando mi hijo se levante, comenzará un nuevo día, una nueva semana, comenzará mi duelo silencioso, porque mi príncipe de rizos rebeldes es lo que me retiene para no desear irme con mis otros dos hijos, y se merece a su madre al cien por cien.

Hoy hijo, te doy las gracias por ser fuerte y haber resistido ese nido hostil que fue mi vientre y haberme dado lo mejor de la vida.


8 comentarios:

  1. Un beso mi niña. Te cojo la mano y te abrazo en la distancia. Belén

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  2. Ha sido un fin de semana muy duro, unos momentos muy duros compartidos con tu marido, con tu amor... mientras te esperaba en casa tu peque que te da todas las alegrias del mundo, porque un niño es maravilloso y por el tienes que ser fuerte, por el tienes que intentar sonreir, porque se lo merece todo. Igual que tu.... Mucho animo y poco a poco irás viendo el sol. Un beso enorme!!!

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  3. Solo puedo mandarte un abrazo de esos que dicen mas, que cualquier palabra que pueda escribirte.
    jod... que injusta la vida.
    un abrazo enorme

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  4. Un beso y un abrazo grandes

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  5. Sabes que te queremos y que siempre estaremos a tu lado, para lo bueno y para lo malo... Y que fines de semana habrá muchos otros que compartir

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  6. Un momento muy duro sin ninguna duda, pero tú eres una mujer mucho más fuerte de lo que crees y tienes un niño maravilloso que seguirá tirando de ti. Te quiero amiga

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  7. Lo siento en el alma. Nunca he sabido que decir en estos casos, no se si existe consuelo ante ese dolor pero os mandamos todo nuestro cariño.

    Un abrazo muy fuerte

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  8. Hoy me he topado con tu blog, sin querer. De hecho a estas horas (llevo varias leyéndolo) ya no sé cómo llegué aquí. Me has hecho vivir tantos hermosos momentos con la espera y nacimiento de pequeñoJedi, que quería agradecértelo.
    No esperaba leer esta última entrada, que me ha causado mucho dolor. Yo pasé lo mismo hace algunos meses atrás (octubre) y el dolor es indescriptible. Era mi primer ángel, y no pudo quedarse conmigo. Tu bien sabes que se aprende a vivir con el dolor, más no se olvida. A diferencia de mi, tu tienes un regalo maravilloso junto a ti, que te da fuerzas para seguir cada día. Yo tengo la esperanza (a pesar de mis años -38 con cara de 39-) de poder tener mi propio milagro. Vive tu duelo, llora a tu ángel, que nuestras ganas de tenerlo entre los brazos no descansa nunca.... vive.... y renace otra vez, como ya lo has hecho. Un abrazo enorme para ti, desde una galaxia muy, muy lejana (Chile).

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