Como todo buen menú tiene sus aperitivos, el maestro no ha querido que me quedara sin el mío en la gran comilona que va a ser la obra (no la de Balaguer, la mía); por lo tanto no ha tenido otra cosa que hacer hoy la valla para el gallinero; hemos estrenado la hormigonera que le regaló Anakin hace casi un año y que será con la que (espero que después de la obra), construyan entre los dos el taller de trabajo del maestro.
Aquí os dejo la famosa hormigonera, y como no se ha podido terminar porque el cemento tiene que “fraguar” cuando este terminada hago otra entrada.
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