“Un niño necesita su espacio y debe
dormir en su habitación”
….
Todas esto y alguna frase más se han
tenido que escuchar Leia y Obi-Wan cada vez que comentaban que
PequeñoJedi con mas de dos años dormía aún en la cuna sidecar al
lado de Leia. Tantas veces y tan martilleante era que Leia comenzó a
caer en el Lado Oscuro y... preocupada por la estabilidad emocional
de PequeñoJedi se debatía entre el deseo irrefrenable de tener a su
hijo cerca o de sucumbir a la comodidad de dejarse llevar por la
opinión de la mayoría.
Menos mal que a su lado siempre se
encuentra ObiWan, presto a desenvainar su sable láser al menor
atisbo de intromisión en la crianza de PequeñoJedi, y más por él
que por Leia, nuestro joven protagonista seguía a día 24 de
diciembre durmiendo con papá y mamá.
Pero... llegaron las Navidades y con
ellas llegó Anakin a Endor … y la familia Organa decidió quedarse
a dormir casi en pleno en Endor para poder estar el día 25 haciendo
cobertura a PequeñoJedi en la batalla de apertura de regalos; por
supuesto Progenitor A también se unió con su blaster a la lucha.
Anakin y Luke durmieron en la misma
habitación, en literas separadas porque... Un hombre en la cama
siempre es un hombre en la cama.
Tia Babeante en la habitación de
invitados atenta a cualquier sonido procedente del dormitorio
principal para así poder detectar cuando PequeñoJedi se despertara.
Y por ultimo, Progenitor A en la
inutilizada cama de la habitación de PequeñoJedi...
El día 25 transcurre según lo
previsto (bueno, excepto la vomitona de PequeñoJedi a las 8,30 de la
mañana que deja la cama de Leia y ObiWan con olor a Orco) se dan los
regalos y se disfruta del día en familia.
A comer llegan las SobriEwoks con sus
padres y un carrito de paseo con bebé para PequeñoJedi.
Es la hora de dormir y con tanto coche,
tanta plastilina, banco de trabajo y bebé; Leia se teme que
PequeñoJedi no quiera irse a dormir; por lo que invita a ObiWan a
usar sus habilidades Jedis.
Pero claro, los trucos Jedis sólo
funcionan con los necios y es el propio PequeñoJedi el que decide
que quiere dormir en “la cama del abuelo” y tan campante recoge
de su cuna, la frikialmohada, a Geromin, la Jirafa, Pocoyo Gusiluz y
se mete en la cama aún sin deshacer de Progenitor A, junto con el
bebé.
ObiWan sale del dormitorio para
advertir a Leia, quien al entrar a comprobarlo con sus propios ojos,
se encuentra a un PequeñoJedi encantado de la vida en la cama y más
dormido que un tronco.
Ha sido una dura batalla entre los dos
lados de la Fuerza. El Lado Luminoso de la Fuerza se congratula que
PequeñoJedi haya decidido dormir sólo, y el Lado Tenebroso provoca
en Leia ansiedad e inseguridad por si PequeñoJedi se despierta en
mitad de la noche (cosa que no hace desde el mes de vida) y se asusta
al verse sólo o, si se destapa.
ObiWan y Leia se pasan la noche con un
oído puesto en el dormitorio contiguo, el blaster y el sable láser
en la mesilla preparados para la lucha y una luz encendida en el
pasillo. De los paseos incontables a comprobar que todo estaba
correcto no hablaremos pues son incontables.

Esta es la segunda noche que
PequeñoJedi decide dormir en su cama; Leia le ha puesto una funda
nórdica y ya se encuentra más preparada animicamente para dormir
otra noche sin los dedos de PequeñoJedi cogiendo de su trenza. Aún
así, la cuna sidecar permanecerá algunos días más en el
dormitorio principal por si PequeñoJedi decide dar una tregua al
partido corazón de Leia.
P.P. Una vez más, es PequeñoJedi
quién demuestra a Leia que dejando fluir la Fuerza, la crianza es
mucho más sencilla.