Pequeñas cosas, insignificantes detalles que no se suelen contar porque pasan desapercibidos en el Totum Revolutum que supone la maternidad/paternidad… y vosotros ¿tenéis también esas pequeñas cosas?
Aprender a conducir únicamente con los espejos exteriores, pues el retrovisor interior queda reservado para miradas furtivas al asiento trasero, donde un bebé mira atentamente la carretera mientras mordisquea su chupete, o donde duerme plácidamente en su silla, o afortunadamente la menor de las veces, llora desconsolado porque se le ha caído el juguete o esta cansado y nadie le atiende.
En el mismo entorno circulatorio, frenar cuando se pone el semáforo en ámbar, a la vez que se vuelve a mirar por ese espejo retrovisor interior… ¿nunca se vuelve a acelerar?
Sacar de la ducha una bañera llena juguetes de plástico y volverla a recoger tras el baño diario, cuando antes te quejabas de tener que recoger el albornoz y la toalla del pelo.
Estar toda la mañana con un chupete baboseado en el bolsillo de la chaqueta, porque se cayó en el suelo del coche; y sonreir cada vez que acercas tu mano al bolsillo y palpas el bulto. ¡Qué bulto más maravilloso!
Pensar en la ropa que te pondrás al día siguiente, que tienes una reunión de trabajo, pero que deberás llevar algo que se pueda desabrochar para sacarte la leche… no te vas a quedar en porretas!
Acostarte media hora más tarde porque PequeñoJedi a manchado todos los bodies marcados para la MiniEstrella de la Muerte y tienes que coserle el nombre en otro lote más para mañana.
Discutir bajito, sin alterarse y mirando de reojo al suelo, donde tu hijo observa curioso el “intercambio de pareceres” ¿Dónde están aquellas broncas monumentales? Y.. ¿las reconciliaciones dónde están?
Ir con una sonrisa permanente en la cara y prisas continuas en el reloj.
Comenzar a mirar en el mes de noviembre, con un sol de justicia y a 20 grados, los juguetes más adecuados para pedir a los Reyes magos en navidad; aunque seas consciente que tios y abuelos comprarán lo que a ellos les parezca mejor, más bonito o simplemente… les haga más ilusión.
Sorprenderte por constatar que llevas toda la mañana con un calcetín de cada color, porque tuviste que vestirte a oscuras, aprovechando que todavía no se había despertado el MiniEwok que duerme en el otro lado de la habitación.
Escuchar con verdadera atención el pronostico del tiempo para los días venideros, así saber que ropa hay que preparar para la bolsa de la silla y para ese bebé que duerme plácidamente desde hace rato en su cuna; tu terminarás llevando unas sandalias el día que más frío hace y un abrigo de pana el día que hay más sol.
Perder el móvil, y que no te importe la agenda del teléfono, sino perder las fotos y videos que aún no habías pasado al ordenador.Videos irrepetibles que han quedado perdidos, quizá en manos de algún desaprensivo o con más suerte, en manos de alguien que no valore su incalculable valor y los borre.
Subir la temperatura del termostato un par de grados más, y así conseguir estar asada de calor todo el tiempo, a la vez que no dejas de tocarle el cuello a PequeñoJedi para ver si esta frío; pero el niño, que ha salido tan caluroso como el padre, le vale con un body o un pijama de algodón.
Aumentar el tamaño del bolso, y las que ya lo usábamos grande... pues llevarlo tan lleno que parece una maleta de viaje!
Preferir salir a comer que a cenar... y todo para que el MiniEwok no pierda esa santa rutina que permite dormir por las noches.
A la hora de brindar, que el agua ya no de mala suerte, sino calidad en la leche.