A la espera de que los dedos de esta
cronista vuelva a coger la agilidad perdida, y que su cabeza ordene
las ideas...
PequeñoJedi tiene 23 meses, y su
perfeccionamiento en el uso de La Fuerza cada día es más visible,
sigue sin hablar correctamente, aunque si se puede decir que
entiende los dos idiomas, tal como lo haría un Ewok de su edad con
un sólo idioma; el único handicap que encuentra es que no tiene muy
claro en que idioma hablar cuando se encuentra con algún trooper o
Jedi, hasta que este no le habla.
Su lengua de trapo es encantadora, que
sumada a esa pícara sonrisa Kenobi que tiene desde siempre le hacen
irresistible.
El crecimiento y adquisición de
habilidades de PequeñoJedi han ido en una progresión exponencial, y
cada día sorprende con una nueva habilidad, algunas muy positivas
como cepillarse los dientes el sólo y otras no tanto como la
habilidad de quitarse los zapatos y calcetines en cualquier momento,
aunque lleve botas de cordones con doble lazada.
PequeñoJedi no es muy dormilón, y
raro es la mañana que despierta mas tarde de las 8,30; sólo echa
una siesta de hora y media a mediodía y se acuesta sobre las ocho.
Lo bueno es que suele dormir toda la noche, si un golpe de tos o los
ronquidos atronadores de su padre no le despiertan.
Porque PequeñoJedi sigue durmiendo en
la habitación con Obi-Wan y Leia, en su cuna ahora cuna sidecar,
pues Obi-Wan le quitó un lateral y ahora va acoplada a la nueva cama
de papa y mamá.
Con esto Leia ha conseguido no
dislocarse la muñeca cada vez que PequeñoJedi la reclama al otro
lado de los barrotes y que Obi-Wan se quede tranquilo sintiendo a
PequeñoJedi.
Y es que la Padawan propone, el Jedi
dispone y llega PequeñoJedi y todo lo descompone...
Si nos remontamos al inicio del
embarazo, Leia no estaba en absoluto conforme con colechar con
PequeñoJedi, le parecía que un ser tan pequeñito e indefenso
corría peligro de aplastamiento y asfixia... Entonces llegó La
fuerza a poner orden en Endor y dos años después toda la
frikifamilia esta encantada de compartir catre.
Es cierto, llegan y nos cambian todos los esquemas.
ResponderEliminarHay que ver como nos cambian.
Un abrazo