Leia estaba emocionada, iba a comer con Suu, a conocer por fin a su gurú de la lactancia Eloísa, volvería a ver a La mamá de Julio, dar un fuerte abrazo a Marisa y saldar la cuenta pendiante de abrazos y apoyo con Belén...
Pero también... PequeñoJedi volvería a jugar con Pequeñin, al que adora y al que sabe decir su nombre!!!
¿Y Obi-Wan? Pues Obi-Wan estaba encantado pensando en volverse a encontrar con el gran maestro Jedi de la paciencia y el buen hacer que es “el papá de Bichito y Pequeñin” que como Obi-Wan, odia el tumulto y la gente, pero que por su mujer es capaz de coorganizar una superfiesta con castillo hinchable incluido sin perder el temple, la sonrisa y el buen humor.
La tarde transcurrió entre abrazos, confidencias, charlas y mucho aprendizaje... porque estar con Eloisa y oírle hablar con ese entusiasmo y esa cátedra merece la pena hacer cualquier viaje.
Conocer por fin a Belén, y ver que los miedos son miedos normales, aunque PequeñoJedi sea un Ewok con muchos midiclodianos no deja de ser un Ewok con ganas de jugar, explorar y aprender, y hay que tener presente la luz al final del túnel.
Poder estar un ratito, jugando con Alex y hablar un poquito con su mamá... que tantos y tantos whatsapps hemos compartido.
Ver y comprobar que Julito sigue siendo un niño encantador, dulce y simpático y como Mamá de Julio les trajo a Inés, Leia pudo también achuchar a la MiniEwok con los ojillos más bonitos.
Y volver a sentir la brisa fresca que es Suu, una brisa fresca al lado del mar, con olor a salitre y sonido de caracolas.
Leia y Obi-Wan habían pensado en salir hacia Endor a las siete de la tarde, pero estaba tan a gusto que les dieron las ocho y veinte... y lo pagaron... lo pagaron con:
Un PequeñoJedi agotado de jugar, saltar y pasarlo genial que no podía dormirse de la excitación propia que llevaba.
Un Obi-Wan agotado que había tomado tantos cafés que no podía relajarse para dar una cabezada pero tampoco se sentía seguro como para conducir.
Una Leia en una nube de felicidad, que hizo que la sonrisa en la cara no se le quitara hasta que las líneas de la carretera comenzaron a desdibujarse por el sueño y el cansancio acumulado de todo el fin de semana.
Por lo que a menos de una hora de llegada, Leia no pudo por más y paró el Halcón Milenario para descansar un miserable cuarto de hora, que le sentó de maravilla y les permitió llegar a casa sanos y salvos.
¿La próxima quedada??? En Endor!!! Leia ha cogido apuntes y ha tomado buena cuenta de las magnificas ideas organizativas de Suu...
Ay que penita me hubiera gustado mucho volver a verte y conocer a pequeño Jedi.
ResponderEliminarNo veas, ahora entiendo lo de "lujo asiático", jajajaja! Besos!
ResponderEliminarMe encanta esta entrada!!! Nena, qué forma más bonita de decribirme, madre mía, si me has emocionado!!!
ResponderEliminarYa se me hace largo el tiempo de volver a Endor y estar juntas. La vuelta siempre es horrorosa, estés cansada o no, porque dejaste allí a muchas amigas que te quieren a mí me pasó lo mismo hace un mes.
Besitos
Leia, se me han saltado las lagrimas!!
ResponderEliminarAich, ojalá hubiese estado! os echo de menos!
ResponderEliminarQué descripción de Suu, lo has hecho divinamente!!
Belén calma tanto!
A la próxima quedada me encantaría ir!a ver como se suceden los esdevenimientos
Fue una pena no poder conocerte. Justo a la misma hora que os ibais saliamos nosotros del pueblo. Espero poder conocerte la próxima vez.
ResponderEliminarQue guay! y que envidia no poder estar snif snif :(
ResponderEliminarQue suerte que teneis las que vivis suficientemente cerca como para conoceros en persona... SG acaba de reconocer la Estrella de la Muerte (me lo ha dicho en aleman y suena todavia mas amenazador) y me ha quitado la capacidad de comentar nada mas decente.
ResponderEliminarUn supersaludo
Yo disfruté tanto compartiendo ese tiempo con vosotros y con tantas amigas, que tengo unas ganas tremendas de volver a repetir :-D ¡¡¡Y es que cuando lo pasas bien el tiempo vuela más rápido que el Halcón Milenario en hipervelocidad!!! Un abrazote
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